Capitulo 24.

-          Me gusta que olvides tus cosas- dijo Paul con una gran sonrisa en su rostro.

-          Porque? – preguntaste extrañada.

-          Porque asi fue como nos conocimos. – dijo dulcemente.

Tu no reaccionaste y te le quedaste viendo, el dejo de caminar, tu también, y se volteo para besar tu mejilla, tu te reíste y el te abrazo. Se subieron al coche y el se fue junto a ti. Durante todo el camino John, Ringo y George iban hablando y discutiendo, pero Paul se la paso hablando contigo en voz baja durante todo el camino, te hacia reir mucho, decía cosas muy graciosas y otras muy lindas que te hacia sentir muy bien.  Hicieron una parada en una pequeña playa que estaba cerca del restaurante en el que comieron.

Paul te ayudo a bajar y tu te quedaste asombrada del hermoso lugar. Era algo frio, pero el atardecer era impresionante, estaba calmada la marea y las palmeras grandes y hermosas. Volteaste a ver a Paul y dijo que el jamás había visitado ese lugar, y tu le dijiste lo mismo.

-          John! – grito Paul mientras se acercaban a la orilla del mar donde John estaba.

-          Que pasa?- respondió John

-          Que es este lugar?- pregunto Paul

-          Ah, aquí siempre traigo a Cynthia, y supuse que a Regine le iba a gustar – Respondio con naturalidad.

-          Que amable de tu parte John, gracias- le contesto Paul.

Cuando Paul regreso, tu estabas con George hablando de su primer disco ‘’Please Please Me’’ y te hacia reir, el te caia muy bien, y a el le caias muy bien también.

-          Que hacen? – pregunto Paul

-          Ah, solo le platico a Regina sobre Please Please Me, es todo- sonrio y se alejo.

Tu solo viste como se alejaba y le sonreíste a Paul, el te devolvió la sonrisa y te abrazo, en lo que te abrazaba te pregunto que si te había gustado el lugar, tu le contestaste que si y lo mucho que te había gustado el lugar. Los demás se fueron a comprar unos cigarrillos y tu te quedaste con Paul. Caminaron por la playa durante mucho tiempo y el por primera vez te agarro de la mano, hizo que te sintieras muy nerviosa, pero extremadamente feliz a la vez. Hablaron de lo que hacias en las tardes y de lo que el hacia en las tardes, ambos tenían las tardes libres normalmente, lo cual a Paul le pareció muy bueno y te pregunto que si podía ir por ti en las tardes para salir, tu aceptaste con muchísimo gusto.