Paul se sorprendió un poco, pero te siguió. El se fue a saludar a los demás y tu te fuiste a sentar con Cyn. Ella te decía que Paul se veía como si fueras alguien de cristal, porque siempre te tenia cuidada y te veía como su fueras lo mas preciado en su vida. A ti te hizo sentir algo rara ese comentario, te sentiste como emocionada y apenada, pero a la vez, mas que nada, amor.
Ringo y George felicitaban a Paul con mucho entusiasmo, mientras tu y Cyn platicaban un rato. Terminaron de felicitarlo y siguieron su camino con ustedes, ahora se dirigían a comer.
En el camino tu casi no estuviste con Paul, estabas con George. Te la pasabas muy bien con el, en verdad confiabas en el y además era muy agradable. Te contaba de su vida amorosa y se te hacia el chico mas lindo, era muy inocente. Platicaron sobre ti también, sobre tu y Paul. Con el no te molestaba hablar sobre su relación, pues era tu amigo y de Paul también.
George se fue con Ringo de repente, entonces te fuiste con Paul. El iba hablando con John y Cyn solo estaba agarrada del brazo de John. Paul traia sus manos en sus bolsillos del pantalón, se veía muy bien cuando hacia eso, asi que tu te detuviste y esperaste a que el llegara hacia donde tu estabas embobada.
Te quedaste ahí parada y Paul se quedo ahí contigo con su risilla que aunque tratara, no la podía esconder.
- Y de que tanto hablaban?- te pregunto Paul con su gran sonrisa, la verdad se te hizo un poco rara esa pregunta, pues sono muy envidioso.
- No te preocupes, mi tema de conversación normalmente eres tu- dijiste segura.
- Oh, bueno, el mio también- contesto el aliviado.
Jamas dejarías a Paul y menos por su amigo, se te hacia de muy mal gusto además de que George te veía como su amiga y nadamas al igual que tu lo veias a el.
John y Cyn ya iban muy adelantados al igual que Ringo y George. Paul y tu iban lentamente caminando, sin preocupaciones, nada existía mas que tu y el. Era perfecto.
Llegaron a un lugar bastante elegante, era como una pequeña isla, ahí había puro marisco y en especial, langosta. Era un lugar sumamente elegante para ti, había coches muy lujosos en la entrada. Entraron al lugar y parecía un barco, un elegante barco con una pequeña terraza al fondo, era todo blanco con azul.
Paul escogió una mesa afuera y ahí había una pequeña ‘’presa’’ en la que la terraza estaba encima, como si fuera un puerto. Tu de inmediato te fuiste a el barandal a ver el agua, Paul te siguió y te acorralo por la cintura y el barandal susurrándote al oido ‘’eres perfecta’’ eso hizo, mas que las palabras en si, la voz de Paul, su aliento, su tono, hizo que cerraras tus ojos y por un momento imaginaste que Paul y tu estaban solos en el mar como aquella vez que te pidió que fueras su novia.
Reaccionaste de repente y lo volteaste a ver, lo primero que encontraste fue su boca, pero antes de basarlo, lo abrazaste muy fuerte poniendo tu cara en su cuello, y el, también te abrazo recargando su cara en tu cabeza. Amabas el olor de Paul, era tan especial, exquisito.
Pronto, te alejaste de el y te beso la frente, acaricio tu cabello viendo tus labios y te beso rápidamente y te jalo hacia la mesa, las sillas eran de madera fina con colchones de piel, el mantel era muy suave y liso.
Te sentaste al lado de Paul como el te indico y el tomo tu mano. Comenzaron a ver la carta, todo estaba carísimo asi que no supiste que escoger.
- Eh, Paul?-
- Que paso preciosa?- te contesto.
- Emm, que vas a pedir?- le preguntaste sin querer insinuar nada.
- Pues no lo se, seguramente langosta, no sabes que pedir?-
- Mm, la verdad no Paul, esque nunca había venido y no se que sea bueno- replicaste.
- Mira, la langosta se supone que puedes pedir la cantidad que desees, asi que si quieres, podemos pedir para dos personas, y compartimos. Que te parece?- sugirió.
- Muy bien, perfecto Paul- contestaste aliviada cerrando la carta.
- Que conforme eres- te dijo Paul sonriente.
- Te amo- le contestaste viendo a sus ojos.
- Y yo a ti- te contesto.
Comenzaron a hablar todos y Paul acariciaba tu mano, tu solo escuchabas lo que los Beatles discutían, al igual que Cynthia.
Habia gente famosa ahí también pues habías reconocido a algunos cuantos británicos famosos. Tu mirabas a tu alrededor, veias como la gente siempre observaba su mesa y tu estabas un tanto apenada, pues no estabas acostumbrada y tampoco te gustaba, tener la atención de grandes masas.
Paul pidió lo que habían quedado, de tomar, el pidió una bebida extraña, muy elegante por cierto, y tu sin saber que hacer, pediste solo agua mineral. Todos los demás ordenaron su comida y les retiraron la carta. Siguieron hablando y bromeando en lo que llegaba la comida.
Paul seguía con tu mano en las suyas, las acariciaba. De pronto el dejo de hablar y se levanto, tu lo volteaste a ver y el te estiro la mano para que tu la tomaras, te jalo y se fueron. Nadie se dio cuenta al parecer de tan entretenidos que estaban discutiendo.